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viernes, 2 de septiembre de 2011

Descubriendo las Reuniones de la Iglesia Participativa



Por Brian Anderson
(Traducción de Martus-Pistos)

“Un servicio de adoración protestante tradicional en la actualidad se parece mucho a una actuación proveniente del mundo del espectáculo. En ambos casos nos encontramos con acomodadores, programas, música, vestuario, iluminación, coro, escenario, guión, el público y un maestro de ceremonias.”
(Christian Smith, Ir a la Raíz, Herald Press, p.88.)

La congregación se sienta pasivamente como el público, mientras que el pastor lleva a cabo su presentación. Cuando se le permite a la congregación participar en la reunión, esto se limita a cantar al unísono, a lecturas antifonales, a depositar el dinero en el plato de la ofrenda y a tomar notas durante el sermón.
Se espera del clero ordenado que lleve a cabo todos los ministerios importantes. Mientras tanto, el noventa y nueve por ciento del pueblo de Dios asiste a los cultos de adoración, domingo tras domingo durante años, sin contribuir en ningún ministerio verdaderamente espiritual al cuerpo de creyentes reunidos.

¿Quería Dios que su iglesia tomara esta forma? ¿Puede encontrarse en las páginas de las Escrituras el modelo tradicional de reuniones de la iglesia? Es mi convicción que nuestra tradición, que supone que los laicos permanezcan como espectadores mientras que el clero realiza el "show", no se puede encontrar en las páginas del Nuevo Testamento, sino que es una grave aberración del modelo de iglesia que se revela en la Palabra de Dios. Por el contrario, el Nuevo Testamento describe al cuerpo de Cristo reuniéndose de una manera en la que cada creyente tiene el potencial de contribuir a la edificación de la congregación de una manera significativa.


Antecedentes históricos de las reuniones de la Iglesia


Para que podamos captar el sabor de las reuniones de la iglesia del Nuevo Testamento, debemos primero entender la naturaleza de las reuniones de la sinagoga Judía, ya que proporcionan el contexto histórico necesario. Los apóstoles de Cristo, que plantaron las primeras iglesias cristianas fueron Judíos que habían participado en las reuniones de la sinagoga durante toda su vida. Sin duda alguna, estas reuniones influenciaron la manera en que los primeros cristianos se reunían.

El culto en la sinagoga permitía una gran libertad y participación. Philip Schaff ha señalado acertadamente:

"Como no había un sacerdocio fuera de Jerusalén, cualquier Judío adulto podía llegar a leer las lecciones, presentar la oración y dirigir a la congregación." (Philip Schaff, Historia de la Iglesia Cristiana, Hendrickson, 1:459)

De hecho, encontramos a Jesús constantemente enseñando en las sinagogas en el Sabbath, (Lc 4 :18-30; Mt.4: 23, 13:54 - 58; Mar.1: 21, Jn.18: 20) a pesar de que no era ni un sacerdote levita, ni el principal de la sinagoga. Por otra parte, aquellos que hablaban en las reuniones de la sinagoga no eran "preseleccionados" en cuanto a lo que iban a decir. Respecto a Pablo, inmediatamente después de su conversión, ya predicaba en las sinagogas que Jesús era el Hijo de Dios a un grupo de Judíos hostiles (Hechos 9:20).

Además, Pablo utilizaba la sinagoga como punto de partida estratégico en la evangelización de nuevas ciudades a causa de la libertad para participar. En el Sabbath, cuando iba a entrar en una sinagoga, y cuando las oportunidades para la enseñanza y la exhortación se presentaban, iba y predicaba a Jesús como El Cristo. Fue en la sinagoga que Pablo habló de tal manera que muchos de los residentes de Iconio creyeron (Hechos 14:1), que los de Berea recibieron la palabra con toda solicitud (Hechos 17:10-12), y donde él razonaba cada día de reposo en Corinto tratando de persuadir a los Judíos y Griegos (Hechos 18:4). De hecho, el formato del culto en la sinagoga era tan libre que incluso a desconocidos se les permitía llevar una palabra de exhortación (Hechos 13:14-41).


14 Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron. 15 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.

El culto en la sinagoga alentaba la participación abierta. No es una casualidad que las reuniones de los primeros cristianos siguieran el ejemplo.

Kevin Giles en su libro Patrones de Ministerio Entre los Primeros Cristianos, escribe perspicazmente sobre la relación entre la sinagoga y las primeras reuniones de la iglesia en las casas:

En las sinagogas más grandes y más institucionalizadas que conocemos la función del principal de la sinagoga era presidir los servicios y fomentar la participación de los presentes. Es probable que esta haya sido la forma en que los primeros líderes de las casa-iglesias funcionaban. Los primeros cristianos evitaban el título utilizado por los Judíos (principal de la sinagoga) y en cambio optaron por el neutro, pero igualmente apropiado termino, “episkopos” [vigilante, supervisor], sin embargo, continuaron manteniendo que el deber principal de los que presidían las asambleas era facilitar una amplia participación y no hacerlo todo ellos mismos. Si es así, entonces podría ser que, en las nuevas casa-iglesias donde el Espíritu Santo dio nueva vida y dinamismo, estas personas encontraron que era más lo que limitaba su participación que lo que la alentaba! (Ken Giles, Patrones de Ministerio Entre los Primeros Cristianos, Dove Collins, p.37.)

Los dones espirituales en las reuniones de la Iglesia


En un capítulo anterior vimos que el propósito bíblico de que la iglesia se reúna es el de edificarse unos a otros. Por lo tanto, ¿cómo debemos lograr esto exactamente? En la mayoría de las iglesias, el pastor lleva casi toda la responsabilidad de edificar a los santos, porque él es el que habla más (o incluso, exclusivamente) cuando se reúne la iglesia. De hecho, John Owen, probablemente el mayor de los teólogos puritanos del siglo XVII, escribió, "es en este oficio [el del pastor] que Él [Cristo] cargó todo el peso del orden, regulación y edificación de su iglesia ... " (Énfasis del autor). Los reformadores del siglo XVI, los puritanos del siglo XVII, así como la mayoría de los cristianos de los siglos XVII al XX también adoptaron este punto de vista. Sin embargo, debemos hacer la pregunta: ¿La palabra de Dios establece este enfoque?

Por el contrario, 1 Corintios 12-14 (la sección más extensa en el Nuevo Testamento que detalla los principios fundamentales para las reuniones de la iglesia primitiva) habla mucho acerca del ministerio de la mayoría pero, ¡no dice nada sobre el ministerio de un solo hombre, cuando la iglesia se reúne!

En 1Corintios 12 nos encontramos con una abundante enseñanza sobre el ministerio de todos los creyentes.

Por ejemplo, en los versículos 4-5 Pablo dice:

4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

Además, afirma en el versículo 6:

6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

En el versículo 7 nos informa:

7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

De nuevo en el versículo 11 leemos:

11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

En el versículo 14 Pablo declara enfáticamente que:

14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.

(Por la manera en que muchas iglesias se reúnen, uno habría pensado que el pasaje diría: "¡el cuerpo no son muchos miembros, sino uno!")

Además, en los versículos 15-25 el apóstol pasa a explicar que cada persona tiene una función vital dentro de la iglesia. Todos los miembros son necesarios, ninguno es insignificante. A la luz de esta enseñanza bíblica, ¿cómo podemos justificar la idea de que cuando nos reunimos, sólo el pastor puede usar sus dones, mientras que el resto del cuerpo permanece casi completamente pasivo y silencioso?

En 1 Corintios 14, la misma verdad emerge. En el versículo 1 Pablo exhorta a toda la iglesia con seriedad a procurar los dones espirituales, pero sobre todo el don de profecía, porque el que profetiza edifica a la iglesia (vs.5). En el versículo 26 describe la reunión de la iglesia como una en la que cada cual aporte salmos, enseñanzas, revelaciones, lenguas o interpretación de lenguas. Por lo menos, este pasaje indica que cuando la iglesia primitiva se reunía, todos los creyentes tenían la oportunidad de contribuir a la edificación de todo el cuerpo.

Algunos estudiosos de la Biblia creen que en este versículo Pablo está reprendiendo la forma participativa en la que los Corintios celebraron sus reuniones de iglesia. Pero, por el contrario, Pablo no manda que los Corintios dejen de reunirse de una manera participativa. Sino que, en los versículos 27-31 da las pautas para que las reuniones, a pesar del orden establecido, ¡aún requieran la participación de muchos! La única declaración correctiva de Pablo está en el versículo 26: "Que todo se haga para edificación." En otras palabras, cada vez que alguien en la iglesia contribuye, debe hacerlo con la intención de que su contribución va a edificar a los demás. En el versículo 27 Pablo permite que dos o tres personas lleven un mensaje en lenguas, siempre y cuando estos mensajes se interpreten. En el versículo 29 se informa a la iglesia que se debe "dejar que dos o tres profetas hablen, y los demás juzguen." En el versículo 31 Pablo nos enseña: "Porque todos podéis profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados." En vista de esto, y el hecho de que Pablo hizo hincapié en la superioridad de la profecía sobre las lenguas en las reuniones de la iglesia a través de todo el capítulo, y que no repite "a lo sumo" después de "dos o tres profetas hablen", como lo hace en el caso de las lenguas (vs. 27), la referencia de Pablo a que dos o tres profetas hablen probablemente se debe entender como dos o tres como mínimo. Su enseñanza en 1 Corintios 14 describe una reunión de la iglesia en la que todos tienen la oportunidad de participar, ya sea a través de una canción, una enseñanza, o algún don espiritual.

Esta práctica puede parecer imposible a la luz del hecho de que muchas iglesias hoy en día tienen entre 200 y 10.000 miembros. En verdad, en una iglesia de ese tamaño, sería imposible dar una oportunidad en la que todos podían participar. Debemos recordar, sin embargo, que la iglesia primitiva se reunía casi exclusivamente en los hogares (Rom 16:5; Col 4:15). En ese escenario, donde el número de creyentes difícilmente superaba las cuarenta o cincuenta personas, las palabras del apóstol Pablo son mucho más inteligibles. Jon Zens ha escrito perspicazmente: "A mí me parece que hemos hecho una norma para lo cual no hay una orden bíblica (el énfasis en el ministerio de un hombre), y se han omitido aquello para lo que hay un amplio apoyo bíblico (el énfasis entre uno al otro) ". (Jon Zens, Revista Reforma Bautista, "La Edificación del Cuerpo: Un Hombre u Otro". Vol.10, No.2, p.117)
William Barclay, aunque poco fiable como teólogo, ha escrito con perspicacia sobre el espíritu de una reunión de la iglesia como se muestra en 1 Corintios 14:

“No hay una sección más interesante de toda la primera carta a los Corintios que esta, ya que arroja un torrente de luz sobre lo que era un servicio de la iglesia primitiva. Obviamente, hubo una gran libertad y una informalidad sobre ello... debe seguir siendo cierto que si un hombre tiene un mensaje para dar a sus semejantes ninguna regla eclesiástica debe ser capaz de impedir darla. Es un error pensar que sólo el ministerio profesional siempre puede traer la verdad de Dios a los hombres. Obviamente, hubo flexibilidad en cuanto al orden del servicio en la Iglesia primitiva. Todo era lo suficientemente informal para permitir que cualquier hombre que sentía que tenía un mensaje para dar pudiera hacerlo. Es muy posible que en la actualidad nos estemos fijando demasiado en la solemnidad y el programa, y nos estemos convertido en esclavos del orden del servicio. Lo realmente destacable de los servicios de la Iglesia primitiva debe haber sido que casi todo el mundo sentía que tenía el privilegio y la obligación de aportar algo a ella. El hombre no viene con la única intención de ser un oyente pasivo, sino que viene, no sólo a recibir, sino a dar.” (William Barclay, Las Cartas a los Corintios, Westminster Press, p.134-135.)

Muchos cristianos hoy en día ignoran la enseñanza en 1 Corintios 12-14, porque creen que los dones de profecía y lenguas han cesado con el cierre del canon del Nuevo Testamento. Mientras que existe una gran diversidad de opiniones en la iglesia de hoy acerca de estos dones, todos los cristianos creen que el cantar salmos y la enseñanza todavía deben darse en las reuniones de la iglesia (1Cor.14: 26). Así, aunque una gran parte de la iglesia cree que las lenguas y la profecía han cesado, aún deben lidiar con el espíritu de participación en la iglesia primitiva en la que cualquiera podría contribuir con una canción o una enseñanza, entre otros dones espirituales.

Otros cristianos creen que a pesar de que 1 Corintios 14 sugiere que la iglesia de Corinto se reunió de manera participativa, no sirve como modelo para nosotros porque eran espiritualmente inmaduros y, en muchos aspectos, con necesidad de corrección por parte del apóstol. Sin embargo, cuando Pablo les escribe, lo primero que hace es describir sus reuniones de iglesia como: "cada una de ellos con un salmo, una enseñanza, etc.", y luego pasa a dar la pauta general para todo lo que sucede en sus reuniones: "que todo se haga para edificación "(1Cor.14: 26).
Si los Corintios estuvieran en un error al realizar sus reuniones de manera participativa, sin duda Pablo, en esta carta, habría tenido la oportunidad a enderezar su rumbo. Pero esto es precisamente lo que no hace. Aunque Pablo establece directrices prudentes para que sus reuniones se llevaran a cabo de manera adecuada y ordenada (vs. 40), no prohíbe la participación mutua, sino que la alienta ("dejar que dos o tres profetas hablan", "dejar que los demás juzguen ", y "todos podéis profetizar uno por uno ").
Otros señalan que en las posteriores epístolas pastorales de Pablo, en las que da instrucciones acerca del orden de la iglesia, la enseñanza sobre la participación abierta es la gran ausente. Debemos recordar, sin embargo, que Pablo escribe las epístolas pastorales a los representantes apostólicos (Timoteo y Tito) con respecto a sus responsabilidades específicas hacia las iglesias que servían. Es de esperar que el énfasis de Pablo en las epístolas pastorales fuera diferente al de sus cartas para las iglesias. En sus cartas a las iglesias, Pablo instruye a todo el cuerpo en cuanto a sus responsabilidades mutuas; en sus cartas a personas concretas (Timoteo y Tito) él los dirige en cuanto a sus responsabilidades específicas hacia la iglesia. Por lo tanto, no hay nada en las epístolas pastorales que contradiga el ministerio completo de los ancianos y el ministerio completo de todo el cuerpo.

Otros sostienen que Pablo dirigía a la iglesia de Corinto a servirse los unos a los otros porque todavía no tenían ancianos. Dicen que cuando la iglesia hubo nombrado a los ancianos, las instrucciones de Pablo sobre el ministerio mutuo del cuerpo en las reuniones de la iglesia se volvieron obsoletas según los ancianos tomaban sobre sí el deber de edificar a la iglesia. Esto, sin embargo, es una falacia, la menos convincente de todas. La Escritura nunca dice que no hubo ancianos en Corinto. Por el contrario, en 1 Corintios 16:15-16, Pablo menciona a la familia de Estéfanas como los que se han dedicado al ministerio de los santos, y aquellos a los que la iglesia debe someterse. Aunque estas personas no se identifican específicamente como los ancianos, las instrucciones de Pablo indican que funcionaban como tales. Además, tenemos todas las razones para creer que en la iglesia de Corinto había ancianos, ya que esta era la práctica general de las iglesias que Pablo había plantado (Hechos 14:23;. Tito 1:5).

Si 1 Corintios fuera el único libro del Nuevo Testamento en el que a todos los creyentes se les enseñó a utilizar sus dones espirituales para el beneficio de la totalidad de los creyentes, las objeciones mencionadas podrían tener más peso. Sin embargo el apóstol Pablo también enseña esta misma práctica en otras cartas. Por ejemplo, en Efesios 4:15-16 él exhorta:

 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

En este pasaje, Pablo dirige a toda la iglesia a hablar la verdad en amor. Además, cada cristiano individual (cada miembro) debe funcionar correctamente para que todo el cuerpo crezca y se edifique en amor. En otras palabras, la edificación de todo el cuerpo no es responsabilidad de un solo hombre o de unos pocos hombres. Más bien, es responsabilidad de todos.

Una vez más, en Romanos 12:3-8, el apóstol aclara cristalinamente este punto:

3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

Observe varias cosas acerca de este pasaje.
En primer lugar, Dios asigna a cada cristiano una medida de fe por la que ejerce uno o más dones espirituales.
En segundo lugar, Dios le da varias funciones diferentes a los cristianos para realizar dentro del cuerpo.
En tercer lugar, cada cristiano tiene la responsabilidad de ejercer su don.
En cuarto lugar, los dones que Pablo lista son los que podemos esperar ver cuando la iglesia se reúne: profecía, servicio, enseñanza, exhortación, generosidad, guía, misericordia. Por lo tanto, el modelo bíblico es uniforme, todo el pueblo de Dios tiene el privilegio y la responsabilidad de emplear sus respectivos dones espirituales con el fin de edificar a la iglesia de Cristo.

El apóstol Pedro también hace eco de los sentimientos de Pablo en 1Pe 4:10-11:

10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Tenga en cuenta que Pedro hace hincapié en que cada creyente tiene dones, y que debe emplearlos o ponerlos a trabajar. Además, estos dones se componen de dos tipos básicos: dones para hablar y dones para servir.
Si bien los creyentes pueden y deben servirse unos a otros durante toda la semana en todo tipo de situaciones, un lugar natural para que los creyentes pongan a trabajar los dones de hablar y servir es en las reuniones de la iglesia.
¿Algún destinatario de la carta de Pedro no pensaría de inmediato en las reuniones de la iglesia como el lugar de partida lógico para el cumplimiento de este mandamiento? ¿No es natural suponer que los creyentes deben emplear sus dones cuando se reúnen? ¿No es eso lo que Pablo está instando en 1 Corintios 14 (especialmente los versículos 26-31)? ¿Hay alguna razón para suponer que Pedro no está describiendo a la iglesia tal como se reunía según 1 Pedro 4:11-12?
Es poco probable que alguien llegue a la conclusión de que Pedro quería que sus lectores usaran sus dones espirituales exclusivamente en momentos diferentes a las reuniones de la iglesia a menos que se tenga un prejuicio anterior en contra de la participación mutua en reuniones de la iglesia.

Exhortación mutua en las reuniones de la Iglesia


No es sólo a través del ejercicio de los dones espirituales que el cuerpo es responsable de edificarse unos a otros cuando se reúnen, sino también mediante la exhortación y el estímulo mutuo.

En Hebreos 10:23-25, la Biblia declara:

23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Tenga en cuenta que este texto describe a los santos como congregados juntos. Pero exactamente, ¿qué se supone que deben hacer los santos cuando se congregan? El texto no nos deja en duda, todo el cuerpo está para estimularse al amor y a las buenas obras y para animarse unos a otros. Además, no se hace mención de que el pastor realice este ministerio estimulante y alentador. Más bien, la Escritura dice: estimulemos y animemos.
El autor de Hebreos exhorta a todo el cuerpo para asumir estas funciones. A menudo, estos versos se utilizan para reprender a los feligreses que se pierden una reunión ocasional. Sin embargo, la intención del pasaje es de advertir a los cristianos profesantes a no "abandonar" (una palabra fuerte que significa “desertar de una vez por todas”) las reuniones de los santos y regresar a la ley del Antiguo Testamento, el sacerdocio y los sacrificios.
Es una lástima que este pasaje se utilice a menudo para intimidar a miembros de la iglesia y conseguir una asistencia fiel a las reuniones establecidas (que no es la intención original del pasaje), pero no se utiliza para orientar sobre el funcionamiento de la iglesia cuando se ha reunido (que es la intención del pasaje).
El texto vincula claramente la exhortación y aliento mutuo con la congregación de los santos. Nuestras tradiciones eclesiásticas han mal interpretado este texto en el sentido de "dejar que el pastor considere cómo él puede estimular a la iglesia al amor y a las buenas obras y animar al resto del cuerpo, y tanto más como el pastor ve que aquel día se acerca."
El autor de Hebreos continúa explicando por qué es tan importante para la iglesia exhortarse y animarse unos a otros cuando se reúnen.

26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. (Heb.10: 26-27).

El significado de este pasaje es claro. El fuego del infierno espera a aquellos que apostatan de la verdad. El estímulo mutuo y la exhortación son los medios que el pueblo de Dios debe utilizar para evitar la apostasía. Cuando nos olvidamos de este significado lo hacemos bajo nuestro propio riesgo.

Una docena de Teologías Sistemáticas se alinean en los estantes de mi biblioteca personal. He consultado todas y cada una de ellas, y todavía no encuentro una que mencione la exhortación mutua como el significado primario de la perseverancia de los santos. A pesar de que la exhortación mutua es el significado bíblico de la perseverancia, este es algo que la Iglesia ha descuidado durante demasiado tiempo. Entonces el estímulo mutuo y la exhortación, según la Palabra de Dios, debe ocupar un lugar central en las actividades de la iglesia congregada. Ciertamente, cuando un hombre (el pastor) realiza toda la exhortación y el estímulo, el claro patrón de las reuniones de la iglesia del Nuevo Testamento ha sido violado.


“Los unos a los otros” en las reuniones de la Iglesia


No sólo vemos las reuniones participativas de la iglesia enfatizando en la importancia depositada a cada creyente de utilizar su don espiritual y de exhortarnos unos a otros cuando cundo nos reunimos, sino también, lo encontramos en los más de cincuenta mandamientos con la implicación de "unos a otros" en el Nuevo Testamento.

La Escritura ordena a los creyentes a:

Amarnos unos a otros (Juan 13:34-35; 15:12,17; Rom.13: 8; 1Tes.3: 12; 1Tes.4: 9; 2Tes.1: 3; 1Pe.1: 22; 1Pe.4 : 8, 1Jn 3:11; 1Jn 3:23; 1Jn 4:7,11,12; 2 Juan 1:5)
Amaos los unos a otros (Rom.12: 10)
Dar preferencia a los otros (Rom.12: 10)
Ser de un mismo sentir unos con otros (Rom.12: 16; 15:05)
No juzgarnos unos a otros (Rom.14: 13)
Procurar las cosas para la edificación de unos a otros (Rom.14: 19)
Procurar las cosas para la paz con los otros (Rom.14: 19)
Aceptarnos unos a otros (Rom.15: 7)
Exhortándoos unos a otros (Rom.15: 14; Col.3: 16)
Saludaos unos a otros (Rom16:16; 1Cor 16:20; 2Cor 13:12; 1Pe 5:14)
Esperaos unos a otros (1Cor 11:33)
Tener el mismo cuidado unos por otros (1Cor 12:25)
Servirnos unos a otros (Gal 5:13)
No desafiarse unos a otros (Gal 5:26)
No envidiar unos a otros (Gal 5:26)
Mostrar paciencia unos con otros (Ef 4:2)
Ser amables unos con otros (Ef 4:32)
Perdonar a otros (Ef 4:32; Col 3:13)
Hablar el uno al otro (Efe 5:19)
Estar sujetos el uno al otro (Efe 5:21)
Considerar al otro como más importante que uno mismo (Fil 2:3)
No mentir el uno al otro (Col 3:9)
Soportándoos unos a otros (Col 3:13
Enseñan unos a otros (Col 3:16)
Confortándonos unos a otros (1Tes 4:18)
Animarse unos a otros (1Tes 5:11; Heb 3:13; Heb 10:25)
Edificarnos unos a otros (1Tes 5:11)
Vivir en paz unos con otros (1Tes 5:13)
Buscan lo que es bueno para otros (1Tes 5:15)
Estimularnos unos a otros al amor ya las buenas obras (Heb 10:24)
No habla en contra de los otros (Stg 4:11)
No quejarse unos contra otros (Stg 5:9)
Confesar los pecados unos a otros (Stg 5:16)
Ser hospitalarios con los otros (1Pe 4:9)
Emplear su don espiritual al servicio de otros (1Pe 4:10)
Vestir con humildad hacia los demás (1Pe 5:5)
Tenemos comunión unos con otros (1Jn 1:7)

Yo personalmente he contado cincuenta y nueve referencias en el Nuevo Testamento a las responsabilidades “unos a otros”. La cuestión clave entonces es: ¿En qué momento debería la iglesia obedecer estas órdenes? Algunos pueden argumentar que debemos obedecer estas órdenes fuera de las reuniones regulares de la iglesia. Sin embargo, ¿cómo un cristiano del siglo primero hubo entendido estas instrucciones? ¿Qué mejor oportunidad se tiene de amar, servir, amonestar, exhortar, acompañar, aceptar, recibir, abstenerse, edificar, promover, consolar y enseñar a otros creyentes, que en las reuniones de la iglesia?
Admito que estas instrucciones “unos a otros” se deben obedecer durante toda la semana, siempre que los creyentes estén unos con otros. Sin embargo, la obediencia a ellos, sin duda debe caracterizar las reuniones de la iglesia, que constituye nuestra principal oportunidad para reunirnos.

Someto a su consideración que, si vamos a obedecer las instrucciones "unos a otros" del Nuevo Testamento, es importante que la interacción y la participación abierta caractericen nuestras reuniones. Si el pueblo de Dios asiste semana tras semana, mes tras mes, año tras año, como mudos espectadores a las reuniones dominadas por el clero, es poco probable que obedezcan consistentemente estas instrucciones.

Intercambio mutuo en las reuniones de la Iglesia


El Nuevo Testamento afirma que el intercambio mutuo debe ser otra actividad importante en nuestras reuniones de la iglesia. En 1 Pedro 3:8, todos son exhortados a ser comprensivos los unos con los otro. La palabra griega traducida como "simpatía" significa literalmente "sufrir o  sentir lo mismo que el otro." (Griego-Inglés de Thayer El nuevo léxico, Hendrickson, p.596)
Entonces no deberían ser ninguna sorpresa las órdenes de Pablo a los creyentes de "alegrarse con los que están alegres y llorar con los que lloran" (Rom 12:15) . Además, señala: "si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él, y si un miembro es honrado, todos los miembros con él se gozan" (1Cor.12: 26).

Para que podamos obedecer a la clara enseñanza de Pablo, debemos abrir nuestras reuniones para que las personas puedan compartir sus cargas, o alegrarse juntos en la bendición de Dios. En muchas iglesias, si un hermano llega a una reunión con una maravillosa bendición de Dios que quiere compartir, tiene que correr a toda prisa después de la reunión, con el fin de comunicarlo a unas cinco o seis personas antes de que se vallan a su casa. Del mismo modo, en la mayoría de las iglesias, si el corazón de alguien se está rompiendo de dolor, no hay lugar en la reunión para que pueda descargar su corazón y recibir la oración y el ministerio del cuerpo. ¿Por qué no abrir nuestras reuniones para que toda la Iglesia puede alegrarse con nosotros en nuestras bendiciones, y ministrarnos en nuestros sufrimientos? De esta manera, todos pueden ser alentados por la alegría, y ministrar al sufriente.

Decline histórico de las reuniones de la Iglesia


Como hemos visto, las reuniones de la iglesia del Nuevo Testamento abundaban en apertura y participación mutua. En este sentido, fueron muy diferentes nuestras “presentaciones de un solo hombre” de la actualidad.
¿Cómo se han desviado tanto de su camino nuestras iglesias? ¿Qué sucedió para que la iglesia pasara de una participación abierta a una pasiva expectación?
Poco después de su creación, y al igual que cualquier nuevo movimiento, la iglesia empezó gradualmente a institucionalizarse. En el siglo II, debido al temor a la herejía desde dentro y a la persecución desde fuera, la autoridad del obispo aumentó dramáticamente en la iglesia. (Antes de esto cada iglesia local era pastoreada por una pluralidad de funcionarios dotados llamados ancianos (Hech 20:28; 1Pe 5 :1-4). Al mismo tiempo, los obispos comenzaron a retener una creciente cantidad del ministerio que había pertenecido anteriormente a todo el cuerpo. Lenta pero firmemente, las reuniones dominadas por el clero reemplazaron las emocionantes y estimulantes reuniones participativas de la iglesia del Nuevo Testamento.

El golpe final se produjo a principios del siglo IV, cuando el emperador Constantino, en el año 313, promulgó el Edicto de Milán, que concedió a los cristianos la libertad de la persecución por hacer del cristianismo una religión legal del Estado. Después que Constantino profesara la fe cristiana, no sólo legalizó el cristianismo, sino que allanó el camino para que se convirtiera en la religión favorecida de Roma. Durante los años que siguieron, Constantino ordenó la construcción de que muchos edificios-iglesia a expensas del erario público, comenzó a pagar sueldos a los obispos y presbíteros de la mayoría de las congregaciones, y promovió a muchos cristianos a posiciones de prominencia y prosperidad.
Las reuniones de la iglesia pequeña y sencilla, celebradas en casas dieron paso a las reuniones grandes y complejas en los "santuarios" estatales. Oradores destacados predicaban largos y elocuentes sermones tomando el lugar de los creyentes ordinarios compartiendo sus exhortaciones más profundas. La participación del cuerpo dio lugar a la elocuencia profesional; y la espontaneidad dio paso a la estructura rígida. Con el tiempo, la única manera en que los miembros ordinarios de la iglesia podrían participar en las reuniones fue cantar juntos y al unísono.

A principios del siglo XVI, Martin Lutero recuperó varias doctrinas bíblicas clave que sirvieron de punta de lanza a la Reforma Protestante. Una de ellas fue el "sacerdocio de todos los creyentes". Lutero sostuvo esta doctrina, pero principalmente en un sentido privado, en lugar de hacerlo en el cuerpo colectivo de Cristo. Durante siglos la Iglesia Católica Romana había enseñado que el pueblo de Dios era dependiente del clero oficialmente separado (los sacerdotes) a fin de recibir la gracia de Dios. Lutero, en cambio, enseñó que cada creyente puede ir directamente a Dios a través de Cristo para recibir la gracia de Dios por sí mismo. A este respecto, todos los creyentes tuvieron acceso inmediato a Dios mediante el Espíritu, y todos vinieron a ser sacerdotes. Lutero y los otros reformadores, sin embargo, no aplicaron la doctrina del “sacerdocio de todos los creyentes” en las reuniones de la iglesia local. Se reemplazó el altar de la comunión por el púlpito, y el sacerdote por el pastor, pero el dominio del clero y la pasividad de los miembros continuaron dominando las reuniones de la iglesia.
Tal sigue siendo el caso en la mayoría de las iglesias protestantes en la actualidad.

Nuestro viaje por la implementación de las reuniones participativas


Cuando llegué a “Milpitas Bible Fellowship” en 1990, nuestras reuniones eran bastante típicas de la mayoría de las otras iglesias. Después de treinta a cuarenta minutos de culto, yo daba los anuncios, predicaba mi sermón, y pronunciaba la bendición final. Experimentábamos muy poca o ninguna interacción real y muy poco o nada del ministerio mutuo del cuerpo durante nuestras reuniones. Toda la iglesia me miraba como su fuente de edificación.

Cuando Dios comenzó a abrir mis ojos a la importancia de las reuniones de la iglesia participativa, mi primera reacción fue de temor. Yo estaba aterrorizado por lo que podría suceder si de verdad abría las reuniones para todo el pueblo de Dios ministrara. Temí que nuestras reuniones se convirtieran en un caos si le daba a todos la oportunidad de hablar. Luché con estas ideas durante algún tiempo hasta que la fuerza de la convicción superó mis miedos.

En el verano de 1996, se comenzó a implementar estas ideas. Nuestro primer paso fue la apertura de varias casas durante la semana para las reuniones de "casa-iglesia". Estas "iglesias domésticas", funcionaban como reuniones de pequeños grupos de creyentes, donde cada uno podía aprender a interactuar, orar, alentar, exhortar y ministrarse los unos a los otros. Casi todo el mundo estaba entusiasmado con estos encuentros en casa, aunque al principio estábamos un poco inseguro de cómo funcionaríamos en ellos.

Después de unos meses, mientras nos sentíamos más cómodos con estas reuniones informales en los hogares, se comenzó a introducir una mayor participación de las personas en las reuniones dominicales. Le informé a la congregación que cualquiera podía participar en lectura de la Biblia, orar durante una pausa en nuestros cantos de alabanzas, o comenzar una canción que estuviera en su corazón. Bajé el púlpito desde la plataforma hasta el nivel más bajo para poder estar más cerca de la gente, fomentando así la interacción mutua.
Hemos reorganizado las sillas en semicírculos concéntricos para que podamos mirarnos a la cara cuando se habla, en vez de mirar la parte posterior de la cabeza de alguien. Hemos comprado un micrófono inalámbrico para llevarlo por todas partes a aquellos que desean compartir lo que Dios ha hecho en sus vidas o para animarlos a declarar lo que Dios les había estado enseñando en Su Palabra. A veces estas sesiones incluyen exhortaciones, amonestaciones, enseñanzas, o el compartir las bendiciones o las cargas.
En una ocasión una mujer reveló que había sido recientemente diagnosticados con cáncer. Esto permitió a toda la iglesia la oportunidad de expresar tangiblemente su amor y compromiso al reunirse alrededor, poniendo las manos sobre ella, y orar. Estos cambios se sentían un poco incómodo al principio. No teníamos ningún modelo anterior para guiarnos, por lo tanto, nos sentíamos algo incómodos con todo ello. Sin embargo, en poco tiempo, muchos comenzaron a contribuir con algunas ideas muy edificantes y exhortaciones.
Además empezamos a abrir nuestras reuniones inmediatamente después del sermón para preguntas, comentarios, e ideas de los demás.
Yo estaba muy indeciso acerca de este nuevo movimiento, por temor a que la pureza doctrinal se pudiera perder si a todo el mundo se le permitía hacer comentarios de las Escrituras. Pero por el contrario, este aspecto nuevo en nuestras reuniones fue especialmente enriquecedor. A menudo, alguien traía una idea que se me había perdido en mi preparación del sermón y que abría el texto de una manera importante. En otras ocasiones, las personas compartían ideas en cuanto a la forma en que podrían aplicar personalmente el texto bajo consideración. En otras ocasiones, alguien hacía una pregunta que muchos otros tenían en su mente, pero no se atrevían a hablar.
En lugar de producir confusión doctrinal, me encontré con que las preguntas y comentarios me permitieron disipar la confusión al abordar los problemas reales que desconcertaban a la iglesia.
En las raras ocasiones cuando alguien dijo algo anti-bíblico, fui capaz de volver a enfocar suavemente a la iglesia trayéndola de vuelta a las Escrituras.
En lugar de producirse el caos, descubrí que se fomentaba la madurez espiritual, la intimidad y el amor por los hermanos. De hecho, sumando el tiempo de preguntas y comentarios, la iglesia era fácilmente capaz de concentrarse en la Palabra de Dios por más de una hora. A menudo, este segmento resultó ser el más estimulante y útil de toda la reunión.
Mientras que nuestros encuentros anteriores duraban unos noventa minutos, las nuevas reuniones participativas por lo general tomaban un mínimo de dos horas en completarse. El consenso de la iglesia, sin embargo, fue que la calidad de las reuniones bien valía la pena el tiempo adicional que pasamos juntos. Las nuevas reuniones comenzaron a generar mayor interacción entre las personas. Muchos comenzaron a salir a comer juntos después de la reunión para pasar más tiempo. A veces hasta la mitad de la iglesia podría ser vista haciendo fila en un Taco Bell, Burger King o McDonalds después de una reunión la mañana del domingo para continuar su conversación de las cosas de Dios.

No puedo exagerar la importancia de crear un ambiente de libertad para la participación del cuerpo en las reuniones de la iglesia. Cuando los miembros de la iglesia no hacen más que sentarse, escuchar y tomar notas, semana tras semana durante años, tienden a estancarse espiritualmente. El crecimiento espiritual nos obliga a ejercitar nuestros músculos espirituales y aplicar las verdades que se están aprendiendo.
¿De qué sirve a nuestro pueblo el saber que Dios quiere usar sus dones espirituales, exhortarnos unos a otros, llevar las cargas de los otros, y regocijarse con los que se alegran si no se provee para que lo hagan cuando la iglesia se reúne?

Hemos estado involucrados en reuniones participativas desde hace casi dos años. Yo sabía que me volvería a encontrar el modelo tradicional, sofocante y poco satisfactorio. Pero Dios ha demostrado una y otra vez que en la medida en que avanzamos en aplicar con obediencia los patrones que vemos en Su Palabra, es seguro que Su bendición nos seguirá.

Conclusión


En la mayoría de las iglesias de hoy en día las reuniones se parecen más a una actuación profesional que a una reunión de la familia Dios bajo el señorío de Cristo y para edificación mutua. Es hora de que la iglesia de Jesucristo vuelva a sus raíces en el Nuevo Testamento. Uno de los lemas de los reformadores protestantes fue "siempre reformando".
Un área en la que la iglesia contemporánea necesita con urgencia la reforma en curso, es la de promover el ministerio mutuo y la participación de todos en las reuniones.

¿Asumirá usted el reto --en la medida de su influencia-- de buscar la reforma de las prácticas de su iglesia local con el fin de ajustarlas a la Escritura?




miércoles, 31 de agosto de 2011

Repensando Totalmente a la Iglesia


Repensando Totalmente a la Iglesia

Parte 1: Saliendo Del Molde

Por Myron Horst

(Nota: El propósito de estos artículos acerca de “Repensando Totalmente a la Iglesia” no es incitar una actitud rebelde frente a la iglesia establecida o fomentar una actitud elitista, sino estimularle a mirar las Escrituras y evaluar a la Iglesia, con el fin de ayudar a la iglesia a ser más como Cristo quiere que seamos.)


Millones de cristianos en los últimos años han estado “repensando” totalmente lo que es la "iglesia" y buscado una relación más profunda con Cristo. Es una revolución espiritual y un reavivamiento que está recorriendo tranquilamente el mundo, dirigida por el Espíritu de Dios y no por un liderazgo humano.

Para un creciente número de cristianos, el edificio de la iglesia local ya no es el lugar principal de reunión. Según una encuesta del Grupo Barna (www.barna.org) desde el año 2000, millones de creyentes han dejado las congregaciones locales y se están reuniendo en iglesias en las casas. En el año 2000, la mayor parte de la actividad religiosa organizada se llevó a cabo en, o por medio de, una iglesia local. Para el año 2005, más de 50 millones de personas practicaban su fe a través de una variedad de modelos diferentes. En cualquier semana en el año 2005, el 9% de todos los adultos en los Estados Unidos participaban en una iglesia en casa.

La mayoría de las personas que ahora se reúnen en iglesias en las casas lo hacen porque desean una relación más profunda con Cristo, y han tenido que abandonar la congregaciones basadas en edificios para satisfacer esa necesidad. Estas personas tienen el deseo en su corazón de “ser la iglesia”, en lugar de simplemente “ir a la iglesia”, según la encuesta de Barna Group.

Al “salir del molde" de la iglesia tradicional basada en un edificio tenemos la oportunidad de repensar por completo cómo debe ser la iglesia. Muchos de los aspectos que los cristianos han llegado a asumir como parte normal de lo que es una iglesia --y de lo que debe ser-- no tienen ningún fundamento en las Sagradas Escrituras. De hecho, algunos aspectos van exactamente en dirección contraria a las Escrituras. A menudo, cuando la gente sale de una iglesia y comienza otra, crean una iglesia con mucho del mismo formato proveniente de la iglesia de la cual salieron. El liderazgo es diferente, y algunos de los "problemas" se practican de modo distinto pero, muchos de los aspectos de diseño humano de la iglesia, por lo general permanecen sin cambios. No se produce un verdadero avivamiento espiritual, y la nueva iglesia pronto se convierte en otra congregación "típica".

No es hasta que se decide “salir del molde" de la estructura tradicional de la iglesia, que Dios puede ayudarnos a comenzar a ver Su diseño para la iglesia.

Pero hay mucho más que aprender y entender sobre el diseño de Dios para la Iglesia y para la gente que se alimenta espiritualmente en ella. Es importante que no nos vayamos hacia atrás en la historia y escojamos a un grupo de personas que parecen haber tenido los resultados que deseamos y seguir su ejemplo. Esto es un error de conservadurismo. También la Iglesia del Nuevo Testamento se componía de seres humanos como nosotros, ellos también carecían de una total comprensión de lo que es el diseño completo de Dios para la Iglesia. En su lugar tenemos que buscar en las Escrituras y saber exactamente lo que es el diseño de Dios y seguirlo. Podemos mirar a la historia y a otros grupos y aprender de las cosas que hicieron en el seguimiento del diseño de Dios en un área determinada y aprender de sus éxitos y errores, pero nuestro principal objetivo debe ser mirar al diseño de Dios.

La iglesia-basada-en-edificios más comúnmente encontrada no se basa en el diseño de Dios o en la instrucción que se nos da en la Escritura. La iglesia local ha evolucionado en los últimos 2000 años de ser una iglesia en las casas según el Nuevo Testamento a ser un diseño, un formato, y unas instalaciones que consumen dinero que, en muchos aspectos de lo que es la iglesia y sus actividades, no tiene base bíblica.

Las siguientes son algunas de las cosas que se encuentran en muchas de las iglesias-basadas-en-edificios que no cuentan con fundamento en la Biblia. Algunas de estas cosas no son pecado y no son particularmente malas, pero se incluyen para mostrar cómo gran parte de lo que asociamos como lo que se espera de la iglesia es solo diseño del hombre y no se encuentra en la Biblia.

  • ·      Un edificio especial llamado "iglesia" que es el centro de la vida espiritual de la congregación.
  • ·      Afiliación denominacional
  • ·      Membresía de la Iglesia
  • ·      Conexión entre bautismo y la membresía denominacional de la iglesia
  • ·      El pastor contratado (o por sucesión) como “empleado” de la congregación
  • ·      Un púlpito elevado
  • ·      El pastor tiene un título como Doctor, Reverendo, o “el Pastor”
  • ·      Escuela Bíblica o educación en Seminarios para pastores
  • ·      La disposición de los bancos o sillas en filas frente al púlpito elevado
  • ·      Asientos especiales, estacionamiento, o un vestido diferente dando honor al pastor
  • ·      Escuela Dominical - Clases para niños clasificadas por edad
  • ·      Grupos de adultos segregados por edad
  • ·      Grupos de jóvenes
  • ·      Iglesia de los niños
  • ·      Una guardería
  • ·      Un colegio o escuela cristiana
  • ·      Entretenimiento, música, dramas, videos, etc.
  • ·      Estilos musicales y escenográficos tomados del mundo y utilizados para adorar a Dios
  • ·      Deportes, gimnasio, equipos denominacionales de futbol, etc.
  • ·      Énfasis en el crecimiento de la Iglesia
  • ·      Alimentación espiritual al estilo de “corrales de engorde”


Probablemente usted podría añadir algunos elementos más a esta lista. Al revisar la lista, mucho de lo que se define como lo que la iglesia convencional es, cómo se alimenta espiritualmente, y cómo se gasta el dinero, no se encontrará en las Escrituras. Esta es la iglesia diseñada por el hombre, no el diseño de Dios.

Esta discusión acerca de replanteamiento total la iglesia no es para alentar a aquellos que son reaccionarios, o los que se rebelan contra la iglesia tradicional. Es un esfuerzo para identificar aquellas áreas de la iglesia que no se indican en la Palabra de Dios, para que podamos hacer los cambios que conduzcan a que la iglesia sea más conforme a lo que Dios quiere, en la medida en que nos sea posible. Nuestro deseo es seguir a Cristo con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza.

Echemos un vistazo a cada una de estas áreas con más detalle:

Un edificio especial llamado "iglesia" que es el centro de la vida espiritual de la congregación


Nosotros como cristianos somos la iglesia. La verdadera iglesia no son los edificios, los programas y actividades que tienen lugar en los edificios llamados "iglesia". Sin embargo, con el foco que tiene la iglesia de hoy en día en los edificios, para muchos de los que asisten a las reuniones, la iglesia solo es posible en el edificio. La idea de muchos es que si una persona no asiste a alguna de las reuniones en el edificio de la iglesia, es porque se está volviendo espiritualmente frío.

En el Nuevo Testamento Dios no manda o instruye que una congregación debe tener un edificio especial llamado “iglesia”, donde la verdadera iglesia se reúne. Incluso en el Antiguo Testamento, cuando Dios le ordenó a los israelitas construir el Tabernáculo (y más tarde cuando se construyó el templo), sólo había un edificio para millones de personas. No todas las personas se reunían en el templo para adorar durante el Sabbath. Los que se reunían para el culto en el Templo, adoraban fuera del templo, a cielo abierto, no dentro. Para muchos, el templo estaba a un día de distancia o más. Un ejemplo es Jesús y sus padres cuando él fue al templo a los 12 años. Les tomó tres días para llegar allí. Los Judíos desarrollaron las sinagogas locales, pero eso fue el diseño del hombre. Dios no ordenó ni les dio instrucciones para construir sinagogas.

El uso de la palabra "iglesia" para referirse al edificio donde se reúne una congregación es lamentable, ya que inconscientemente confunde el edificio con la Iglesia verdadera, el cuerpo de los creyentes. Muchos enfatizan en "ir a la iglesia" en lugar de “ser la Iglesia” y ser parte del Reino de Cristo.

Asistir a las reuniones en el edificio de la iglesia a menudo se equipara con el compromiso espiritual de una persona. A menudo escuchamos frases como "¿Sigue yendo a la iglesia?" o "Ellos ya no van a la iglesia". La implicación de estos comentarios o preguntas es si la persona es fiel en su vida cristiana o no. Para muchas congregaciones, la mayoría de la vida espiritual de la congregación se centra en asistir a las reuniones en ese edificio.

El término usado hoy en día, "no va a la iglesia", no se refiere a los no creyentes en sí, sino a aquellos que no asisten a las reuniones en un edificio.

Estudiando a la Iglesia a través de la historia, la Iglesia fue vibrante y creció rápidamente cuando los creyentes se reunían en casas. Por ejemplo: La Iglesia del Nuevo Testamento, los anabaptistas de los años 1500, la iglesia subterránea en la Rusia comunista, y hoy en China. Incluso hoy en día una de las denominaciones de más rápido crecimiento, los amish, se reúne en los hogares. El concepto de grupo de células, que se utiliza para el crecimiento de la iglesia por las grandes congregaciones, debió en gran parte de su éxito a que las personas se reúnen en hogares.

Afiliación denominacional


Dios no manda las afiliaciones denominacionales. Hemos visto varias estadísticas que muestran entre 27.000 y 33.000 denominaciones cristianas diferentes a partir de 2001. La proliferación de denominaciones y la multitud de divisiones y escisiones dentro de las denominaciones están en directa desobediencia al mandato de Dios de que todos hablemos la misma cosa y tengamos la misma doctrina y criterio. Participar afiliándose a denominaciones no es una práctica aconsejable y es destructivo para el Reino de Cristo, como Dios nos dice claramente en los siguientes pasajes:

1 Corintios 1:10-13 10
10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. 11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?

Hoy escuchamos: Yo soy Bautista, soy un Metodista, soy un Pentecostal,  etc. Sin embargo, no son bautizados en el nombre de una denominación, sino en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

1 Corintios 3:4-15
4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

Puntos de vista:


·      Ser un seguidor de una denominación es carnal (v.4). Hay personas que son parte de una denominación, son discípulos de Cristo y no son seguidores de la denominación. Esas personas no son carnales. Pero ser un seguidor de una denominación obstaculiza el entendimiento y la madurez espiritual de la persona. Crea divisiones, celos y contiendas. Por esta razón los mandamientos y doctrinas de hombres, aunque aparenten tener sabiduría para ayudar a cumplir los mandamientos de Cristo, son tontos e inútiles. Las personas se convierten en seguidores de una denominación y su atención se centra en su doctrina.

Estamos totalmente completos en Cristo. No hay porqué seguir mandamientos de hombres, doctrinas de hombres, o teologías de hombres o denominaciones para tratar de estar completos en Cristo. Seguir la filosofía, las tradiciones o la sabiduría de un hombre o una denominación no hace a una persona más espiritual o adquirir mejores condiciones para ser un cristiano:

Colosenses 2:8-10
8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

El énfasis actual en el crecimiento de la iglesia es carnal porque se centra en atraer a la gente a un pastor o una iglesia determinada.

V.7: el tamaño de la iglesia de un pastor no refleja lo que el sea. No es un mejor cristiano porque tiene una iglesia más grande, ni es más exitoso. Puede ser que él sea muy "exitoso" en llevar a las personas por mal camino, por el camino ancho en lugar de ir por el camino angosto. Tenemos que recordar siempre que los números no son una prueba del éxito en una iglesia.

La afiliación denominacional o la afiliación a una Conferencia a menudo se considera prudente, ya que proporciona que haya una rendición de cuentas a un grupo mayor. Sin embargo, a menudo la rendición de cuentas es más un ideal teórico que una malla de seguridad real. En los tiempos modernos, en lugar de la rendición de cuentas, es más probable que el liderazgo de una denominación o una Conferencia dirija un gran grupo de iglesias por el camino equivocado en desobediencia a la Palabra de Dios respecto de un área en particular.

Miembresía de la Iglesia


La membresía congregacional, tal como se practica en la mayoría de las iglesias-basadas-en-edificios de hoy, no es una enseñanza de las Escrituras. La membresía de la Iglesia por lo general significa unirse a una organización, además de al Reino de Cristo. A menudo la membresía incluye la aceptación de ciertas prácticas, aplicaciones y creencias que no se mencionan expresamente de esa manera en las Escrituras. Por ejemplo: un modo específico del bautismo; requisito de hablar en lenguas, estilos específicos de la vestimenta, adherencia a doctrinas, como el calvinismo, el Arminianismo, etc

La membresía de la Iglesia no es pecado, ya que no es desobediencia a la Escritura. Es algo que ha llegado a existir y que se supone como parte de la iglesia y que no ha sido instituido por la Biblia.

El pastor contratado como empleado de la congregación


Dios ha dado instrucciones a la iglesia para apoyar financieramente los pastores. Sin embargo, Dios no dijo que hiciéramos  del pastor un asalariado o un empleado. Hacer del pastor un empleado, ha dado lugar a que muchos pastores, inconscientemente o de forma intencionada, estén preocupados de que lo que dicen desde el púlpito no vaya a enojar u ofender a alguien. El resultado es una enseñanza endulzada de la Biblia, que sea menos "ofensiva" para los que quieren pecar o seguir en su pecado. El tal pastor sabe que si a la congregación no le gusta lo que dice, o si no atrae a la gente  y su dinero, él pierde su trabajo.

Juan 10:12-13
12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.

El diseño de Dios es que el pastor sea sostenido por la congregación a través de ofrendas.

El pastor tiene un título como Doctor, Reverendo, o “el Pastor”.


Los títulos de honor y autoridad para el pastor no están ordenados por Dios. En cambio, Dios le ordena todo lo contrario.

Mateo 20:25-28
25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;
28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

·      Ministro: "El que ejecuta los encargos, un asistente, es decir, (en general) un mesero (a la mesa o en otras tareas domésticas), en concreto un profesor cristiano y pastor (técnicamente, un diácono o diaconisa). Diácono, ministro, funcionario" Diccionario Griego de Strong

·      Un pastor no debe hacer cosas para recibir el honor de los demás - títulos especiales, vestimenta especial, asientos especiales, estacionamiento, un púlpito de lujo o en altura.

·      Jesús nos dio ejemplo mediante el lavatorio de pies.

·      Un título de doctor es un gran obstáculo para que un pastor pueda verse a sí mismo como un siervo.

Mateo 23:8-11
8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.

·      Rabí: "Mi maestro, es decir Rabino, como un título oficial de honor, maestro". Diccionario Griego de Strong
·      Maestro: "Un guía, es decir, (en sentido figurado) un maestro de maestros.." Diccionario Griego de Strong

  • ·      Un pastor no debe utilizar el título de "Doctor", "Ph.D.", o “Pastor tal y tal”
  • ·      Las personas muy instruidas en la iglesia no debe ser reconocidas como tales. No es beneficioso para ellas o para la iglesia.
  • ·      Los títulos honoríficos le impiden a un líder ser un servidor y tener humildad.
  • ·      La relación entre el pastor y la congregación no es la de padre a hijos, sino la de hermanos. v. 8


Marcos 10:42-45
42 Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43 Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 44 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos.
45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

  • ·      Jesús repitió la enseñanza de que el pastor ha de ser el siervo de la iglesia. Se trata de una importante instrucción que es muy conocida pero muy ignorada.
  • ·      Una posición de honor y de autoridad no es el papel de un pastor.
  • ·      La administración de los demás y de la iglesia misma no es el trabajo principal de un pastor. No es tampoco el ejercer señorío o autoridad sobre la iglesia.


Lucas 22:24-30
22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!
23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.
24 Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. 25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.
27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.


Es importante que entendamos los secretos del Reino de Cristo y cómo funciona este Reino. En gran medida los secretos del Reino de Dios han sido pasados por alto por la iglesia. Comprender la naturaleza y la organización del Reino de Cristo es importante porque es diferente de la manera de pensar natural y de los ejemplos que nos rodean.
Jesús nos enseña que el liderazgo en Su Reino es diferente al liderazgo en el gobierno o en la sociedad. El enfoque del pastor no debe estar en la grandeza y el liderazgo, sino en servir a los demás. (V.27) El pastor eleva a otros a la grandeza sirviéndoles y enseñándoles a servir a los demás. Concentrarnos en servir a los demás nos desenfocamos de ser el jefe o estar en una posición de honor. Es la única manera de mantener una correcta aplicación de la organización de la iglesia y el liderazgo.


I Corintios 15:9-11
9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
11 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.

·      La humildad de un pastor:

1.   La humildad del pastor se manifiesta al darse cuenta de que es menos importante que los demás (v. 9).
2.   Se manifiesta al darse cuenta de que es sólo por la gracia de Dios que él es quien es. No es su propia capacidad o su educación lo que le permite ser un pastor. Uno de los peligros del seminario de educación para pastores es que inconscientemente hace pensar al hombre que él es quien es por la educación que tiene, o sea, una raíz de orgullo. Pablo era más educado que cualquiera de los otros apóstoles, pero reconoció que su educación no era nada y no le hacía ser lo que era ni lo que podía hacer.


Escuela Bíblica o educación en el seminario para pastores


Dios no da indicaciones de que ser culto es uno de los requisitos para un pastor.

No encontramos ejemplos de educación terrenal en la vida de Jesús

Juan 7:14-15
14 Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. 15 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?

Hechos 4:13
13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.

Dios nos dice que esa educación puede ser ineficaz

Lucas 10:21
21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.

Mat 11:25-27
25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así te agradó. 27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Mat 13:11-16
11 Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
De oído oiréis, y no entenderéis;
Y viendo veréis, y no percibiréis.
15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

1 Cor 3:18 Que nadie se engañe. Si alguno entre vosotros se cree sabio en este mundo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Porque escrito está: El prende a los sabios en su propia astucia. 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.

Pablo rechazó su educación como de ningún valor para la predicación del Evangelio.

1 Corintios 1:17-29 17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
19 Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los entendidos.20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


  • ·      La predicación no debe ser con sabiduría de palabras, o hará que esta sea ineficaz.
  • ·      La educación superior no hará que un pastor predique más eficazmente, de hecho, la educación hace que sea inútil! (V. 17)
  • ·      La iglesia tiene que reconocer que la educación descalifica a un hombre para posiciones de liderazgo espiritual a menos que haya renunciado al valor de su educación como lo hizo Pablo.
  • ·      Los versículos 27 y 28 dicen aún más claro que la educación no tiene valor para la formación espiritual y la predicación. La educación de la persona es vana, y lo que él enseña llega a ser nada.


1 Corintios 2:1-8
1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. 7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.

  • ·      Este es un ejemplo de lo que un líder espiritual debe ser. Tiene que ser una persona humilde y mostrar el poder de Dios y que Dios es real.
  • ·      Un pastor no necesita de educación superior o de educación en un seminario. Esto no ayuda a su predicación o su entendimiento. Tampoco le ayuda a otros a poner su fe en el poder de Dios.
  • ·      Un evangelista, misionero o pastor no tiene que utilizar historias, chistes, u otras cosas creativas para capturar y mantener la atención de las personas. Las palabras persuasivas de sabiduría humana no valen mucho para mostrar a la gente el poder de Dios. La atención de las personas tiene que estar en el poder de Dios no en el que capta la atención. A menudo, la gente recordará las palabras de una ilustración, pero no recordará lo que se estaba ilustrando.
  • ·      Cuando un pastor usa su educación superior (el razonamiento humano) en la predicación, dirige a la iglesia a poner su fe en la sabiduría de los hombres (el pastor y aquellos que están sacándole su información). Esto lleva a la gente subconscientemente a aceptar sin pensar las enseñanzas de los hombres, porque estos hombres educados se ponen en un pedestal como los hombres que saben, porque son más educados que nadie en la iglesia.
  • ·      La educación superior es más destructiva para la salud espiritual de la iglesia que lo que puede ayudar realmente.



Un púlpito elevado.


Cuanto mayor sea el edificio de la iglesia, mayor es la percepción de la necesidad de un púlpito elevado. Sin embargo, el púlpito elevado no es enseñado en las Escrituras. Los púlpitos suelen levantarse por encima de las personas y pone al pastor como el centro de atención e importancia del escenario. El pastor no es el que debe ser elevados en la iglesia, sino Jesucristo. Además, cuando un pastor se encuentra en un púlpito o tribuna, él "silencia" a la congregación, en el sentido de que solo él habla y aquellos escuchan y no hacen preguntas o comentarios.

Quizás lo más probable es que Jesús no se sentara cada vez que enseñaba, pero es interesante ver cómo muy a menudo se menciona que Jesús se sentó a hablar con un grupo de personas. En una iglesia en casa, no hay necesidad de un púlpito elevado. El pastor puede sentarse para entregar el mensaje como lo hizo Jesús.

Mateo 5:1-2 Y al ver las multitudes, subió al monte; y cuando él se sentó, sus discípulos se le acercaron: 2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:

Mateo 13:1-2 El mismo día fue a Jesús de la casa y se sentó al lado del mar. 2 Y grandes multitudes se juntaron con él, por lo que fue en un barco, se sentó, y toda la multitud estaba en la playa.

Marcos 9:33-37
33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. 35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. 36 Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo:
37 El que reciba en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.

Lucas 4:20-21
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Juan 08:02 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él, y él se sentó, y enseñaba.

La disposición de los bancos o sillas en filas frente al púlpito elevado


Esto no se encuentra en la Biblia.

Asientos especiales, estacionamiento, o un vestido y dando honor al pastor


Esto no se encuentra en la Biblia.

Escuela Dominical - clases clasificadas por edad para los niños


La escuela dominical convencional no se encuentra en las Escrituras. En su lugar la Escuela Dominical ha seguido el modelo de educación del sistema de escuelas públicas organizadas por grados, el mismo sistema de educación que en la actualidad los estudiantes de escuelas hogareñas han demostrado ser un método menos efectivo para la educación. El mandamiento de Dios para la formación espiritual de los hijos no es la Escuela Dominical, sino que cada padre instruya a sus propios hijos en el camino del Señor.

Las Escuelas Dominicales se hicieron populares porque los padres no estaban instruyendo a sus hijos y los niños estaban bíblicamente analfabetas. En lugar de dar a los padres las herramientas y la formación que necesitan para educar a sus hijos, la Iglesia se hizo cargo de una responsabilidad dada por Dios a los padres. Por su propia naturaleza, si los hombres permiten a otros tomar parte de sus responsabilidades terminarán por ceder toda la responsabilidad a otros. La Escuela Dominical parecía ser la respuesta, los niños aprendieron más sobre la Biblia pero a medida que han pasado los años, la Iglesia en su conjunto se ha alejado de la Biblia, y ha venido a parecerse cada vez más al mundo. Ahora estamos en un punto en que según una encuesta del Grupo de Investigación Barna las creencias y las prácticas entre los cristianos nacidos de nuevo son, básicamente, iguales que las de los no cristianos. Hemos cerrado el círculo con la Escuela Dominical y los niños que asisten a esta son muy poco diferentes de los que no asisten. La respuesta no está en reformar la Escuela Dominical basada en un método equivocado para la educación espiritual de los niños, sino en devolver la responsabilidad de la educación espiritual de los niños a sus padre.

Los grupos de edad adulta segregados


Dios no instruye a la iglesia a ubicar a las personas de la congregación en grupos de acuerdo a su edad. En lugar de usar la segregación por edades, es necesario que haya interacción entre los grupos de edades. Dios instruye que los  hombres mayores enseñen a los más jóvenes y las mujeres mayores enseñen a las mujeres más jóvenes.

Grupos de jóvenes


No hay instrucción acerca de los grupos de jóvenes en la Escritura, sin embargo, casi todas las iglesias tienen un grupo de jóvenes. La separación de sus padres y la agrupación con jóvenes de edades parecidas produce que sus corazones se dirijan a aquellos de su misma edad en lugar de dirigirse a sus padres. Cuando el corazón de los jóvenes se aleja de sus padres esto trae graves consecuencias espirituales. Dios nos dice en Malaquías 4:5-6: "He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día grande y terrible del Señor: 6 Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición ".

Iglesia de los niños


Dios no ha ordenado que los niños sean separados del resto de la iglesia. Los programas de la Iglesia suelen separar a los niños en su propio grupo de tal manera que los adultos puedan tener la parte más importante, sin distracciones. Los niños van creciendo sin ser incluidos en el resto de la iglesia. En muchas iglesias los niños que crecen y gastan sus años en la Iglesia de los Niños, la Escuela Dominical, y más tarde el Grupo de Jóvenes. Cuando se convierten en adultos muchos realmente no se sienten parte de la iglesia, y son muchos los que se marchan.

Lucas 9:46-48
46 Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor. 47 Y Jesús, percibiendo los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a sí,
48 y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.

·      Los niños son una parte muy importante de la iglesia no la menos importante. Ellos son el futuro de la iglesia.

·      Mat 21:15
15 Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron,16 y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis:
De la boca de los niños y de los que maman
Perfeccionaste la alabanza?
·      Lucas 17:2
   2 Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.
·      Jesús dice que el recibir a Cristo significa en parte convertir nuestro corazón hacia los niños y su inclusión en el servicio de la iglesia.
·      Un pastor tiene que recibir y aceptar a los niños.
·      Jesús ilustró que recibir a un niño es recibir a Cristo y al Padre (Lucas 9:48). Esto demuestra la importancia de que el corazón de una persona se vuelva hacia los niños. Esto explica por qué una misión de Juan el Bautista era convertir el corazón de los padres hacia los hijos.
·      Un pastor que no ve la importancia de recibir a los niños no va a ayudar realmente a otros a desarrollar una estrecha relación con Cristo o con el Padre.

Marcos 10:13-14
13 Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios..

Una Guardería


No hay ninguna instrucción en las Escrituras para separar a los bebés y niños pequeños de sus padres durante el servicio de adoración.

Un Colegio Cristiano


El ejemplo Bíblico más cercano a una escuela o colegio cristiano para niños es el sistema de la escuela judía en la época de Jesús que produjo a los escribas y fariseos a quienes luego Jesús llamó hipócritas. Esta escuela producía hombres que no sabían quién era Dios. Cuando Dios vino en persona (Jesús), rechazaron lo que Dios tenía que decirles y lo ridiculizaron. Mataron a Jesús, porque su comprensión espiritual fue destruida y enloquecida por su educación religiosa.

Es interesante notar que ni Jesús ni Juan el Bautista fueron educados en el sistema escolar judío. Si Jesús hubiera sido educado en las escuelas judías habría proporcionado un ejemplo para nosotros con el fin de que utilizáramos este método de la educación de hoy en día.

·      Jesús
Juan 7:15
15 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?
·      Juan el Bautista
Lucas 1:80
80 Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Entretenimiento - música, teatro, videos, etc.


Dios no nos ha instruido acerca de usar el entretenimiento en la iglesia. Gran parte del entretenimiento y diversión en las iglesias de hoy en día viene de la música y las formas de arte tomadas del mundo y llevadas al edificio de la iglesia. El propósito de la Iglesia, como creyentes, es adorar y dar gloria y honor a Jesús. Cuando el foco está puesto en "ir a la iglesia" (el edificio y sus actividades), el entretenimiento es a menudo utilizado para atraer a la gente y para aumentar y mantener la asistencia.

Estilos musicales tomados del mundo y se utiliza para adorar a Dios


La instrucción de Dios en la Escritura acerca de la música utilizada para adorarlo es cantar un cántico nuevo para él, no es pedir prestado estilos musicales que se han utilizado para adorar a Satanás o que han sido utilizados para entretenimiento mundano. Muchos han llevado la música del mundo como el rock, el rap, el new age, la música étnica, etc. a la iglesia en un intento de ganar almas para Cristo. Dios nos dice que hay que hacer lo contrario para ganar almas para Cristo, vamos a cantar un cántico nuevo. Salmos 40:3: "Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová."
No hemos de tomar prestada la música del mundo para adorar a Dios en la iglesia, esto incluye algunos himnos que han sido tomados del mundo.

El contraste de cantar un cántico nuevo y la música tomada del mundo nos es dado en el Salmo 144:7-12:

" 7 Cantad a Jehová con alabanza,
Cantad con arpa a nuestro Dios.
8 Él es quien cubre de nubes los cielos,
El que prepara la lluvia para la tierra,
El que hace a los montes producir hierba.
9 Él da a la bestia su mantenimiento,
Y a los hijos de los cuervos que claman.
10 No se deleita en la fuerza del caballo,
Ni se complace en la agilidad del hombre.
11 Se complace Jehová en los que le temen,
Y en los que esperan en su misericordia.
12 Alaba a Jehová, Jerusalén;
Alaba a tu Dios, oh Sión."

Uno de los resultados que las personas están descubriendo al quitar el rock y otros géneros de la vida de los jóvenes y es reemplazarlo por otra música piadosa y buena, es que aumenta el brillo en los ojos y el rostro en ellos, lo cual es lo que Dios, en el versículo 12, nos dice que va a suceder. La música adecuada es una parte importante para asegurar la madurez espiritual de los jóvenes en la iglesia.

Dios es un Dios musical y disfruta de la música. La música es una parte muy importante en la adoración a Dios. Sin embargo Dios nos dice que no toda la música es aceptable para Él y que esa música que se utiliza para adorarlo y que Él odia, quiere que sea eliminada de la iglesia. Amos 5:21-23:

" 21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. 22 Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. 23 Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.".

Si Dios aborrece y abomina la música que tenemos en la iglesia, es porque esta no es música de adoración y no sirve para nada.

Gran parte del aumento de los “préstamos” de la música del mundo han sido fomentados por la mala calidad de la música y el canto en la iglesia en el pasado. Himnos cantados con demasiada lentitud y al unísono no son muy agradables para escuchar. La música en la iglesia no debe ser de mala calidad. En cambio, necesitamos pedirle a Dios para que nuevas canciones e himnos sean incluso mejores que los del pasado. Necesitamos pedirle a Dios que nos enseñe como tocar los instrumentos musicales de la forma en que Él quiere que sean tocados y que produzcan mejor música que la del mundo. La música que la iglesia tiene, el cántico nuevo, debe ser tan buena que traiga el mundo a Cristo (Sal. 40:3).

Deportes - gimnasio, organizado equipos de pelota, etc.


No hemos de traer los ídolos del mundo a la Iglesia. Esto sólo crea una distracción de la relación más profunda con nuestro Padre Celestial.

Iglesia El énfasis del crecimiento - la construcción de una congregación grande o más grande


El énfasis o enfoque en construir una gran congregación no se encuentra en las Escrituras. Dios nos dice que un pastor no debe centrarse en los números. En su lugar, debe centrarse en sembrar la semilla y regarla. Entonces Dios se lleva el crédito por el crecimiento, no el pastor.

1 Corintios 3:5-8
5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

Juan 13:13 13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

Es interesante mirar este pasaje desde una perspectiva aplicada a los pastores. La última cena fue en realidad una reunión de ministros, no una reunión de todos los seguidores de Jesús. A menudo hay una gran competencia entre los pastores de hoy ya que cada pastor trata de construir su propia congregación. A cada pastor le preocupa que las personas de su congregación se vayan a una congregación vecina. Jesús instruyó a los líderes espirituales que se ayudaran unos a otros y se sirvieran unos a otros (lavando los pies unos a otros). Todos estamos trabajando por el Reino de Cristo, no para construir nuestra propia congregación. Tenemos que ayudar a las otras congregaciones a lograr ese mismo propósito.

Imagine cuánto se podría lograr para el Reino de Cristo, si los pastores trabajaran juntos y se ayudaran unos a otros (lavando los pies de otro pastor), en lugar de que cada uno de ellos trate de construir su propia iglesia.

Las iglesias en casa del período del Nuevo Testamento habrían ayudado a reducir la competencia entre los pastores porque el tamaño de la congregación estaba limitada por el tamaño de la casa. Esto promovió la multiplicación de las congregaciones. Cuando una congregación se reúne en un edificio, la competencia se convierte en un factor más porque el tamaño del edificio puede ser más fácilmente aumentado.

En Conclusión


Mucho de lo que define a la iglesia convencional basada en edificios tal cómo la forma en que se alimenta espiritualmente y cómo se gasta el dinero de la iglesia, no se encuentra en las Escrituras. No es el diseño de Dios para la iglesia sino que es el diseño del hombre. Se ha de haber dado cuenta de que no hubo referencia a la Alimentación espiritual al estilo de “corrales de engorde” que se encuentra en la mayoría de las iglesias, pues se tratarán en la segunda parte.

En la segunda parte de “Repensando Totalmente a la Iglesia" vamos a ver el diseño de Dios para la iglesia y lo que podemos hacer por el patrón de la iglesia frente a al diseño de Dios.